Beatos cajonos de Oaxaca - Encuentro con tu ángel

Beatos cajonos de Oaxaca

Beatos Cajonos de Oaxaca; México, Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles

18 DE SEPTIEMBRE

Juan. Del hebreo Dios es propicio o Dios se ha apiadado.
Jacinto. Del griego flor. Nombre de una flor.

Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, indígenas zapotecos de la Sierra Norte de Oaxaca, nacieron en 1660 en San Francisco Cajonos, Oaxaca. Juan Bautista se casó con Josefa de la Cruz, con quien tuvo una hija llamada Rosa.

Jacinto de los Ángeles se casó con Petrona de los Ángeles, con quien tuvo dos hijos llamados Juan y Nicolasa. Los dos beatos pertenecieron a la Vicaría de San Francisco Cajonos, atendida por los padres dominicos Gaspar de los Reyes y Alonso de Vargas.

Juan y Jacinto fueron personas íntegras en su vida personal, matrimonial y familiar, así como en el cumplimiento de sus deberes ciudadanos, de modo que desempeñaron los diversos cargos civiles acostumbrados en su pueblo y en su tiempo como: topil, juez de tequio, mayor de vara, regidor, presidente, síndico y alcalde.

Mostraron su aprecio por las tradiciones culturales y la responsabilidad para el cumplimiento de los deberes ciudadanos. Los dos fueron personas bautizadas, evangelizadas y catequizadas. Desempeñaron también los diversos cargos a los que tuvieron acceso los fieles en ese tiempo como: acólito, sacristán menor, mayor, y topilillo.

Finalmente desempeñaron el cargo civil y eclesiástico de Fiscal, que los misioneros introdujeron y fomentaron entre los indígenas. En la noche del 14 de septiembre de 1700, los dos Fiscales descubrieron que un grupo de personas del pueblo de San Francisco Cajonos y de los pueblos vecinos realizaron en una casa particular un culto de religiosidad ancestral.

Los Fiscales Juan y Jacinto avisaron a los padres dominicos; y poco después regresaron al lugar de los hechos acompañados de los Padres y del capitán Antonio Rodríguez Pinelo; sorprendieron a los autores, dispersaron la reunión, recogieron las ofrendas del culto y regresaron al convento.

Al día siguiente, el pueblo se amotinó, exigieron la entrega de las ofrendas confiscadas y de los Fiscales. Juan y Jacinto se refugiaron en el convento de los Padres. Como último recurso, ante las amenazas y el peligro crecientes de incendiar el convento, el capitán Pinelo entregó a los Fiscales, bajo promesa del respeto a sus vidas.

Los Padres no aceptaron la entrega. Pero los Fiscales depusieron sus armas y aceptaron la perspectiva de morir, se confesaron y recibieron la Comunión. A merced de la gente, Juan y Jacinto fueron victimas de burlas azotes y humillaciones en la plaza pública.

Después fueron encarcelados y azotados nuevamente. Los invitaron en varias ocasiones a renunciar a la fe católica a cambio del perdón y así salvarían sus vidas; pero Juan y Jacinto siempre contestaron que nunca iban a dejar la fe católica.

Los llevaron hasta el monte Xagacía antiguamente llamado «De las hojas», donde murieron por heridas de machete y casi degollados. Fueron sepultados en el mismo monte, desde entonces llamado «Monte Fiscal Santos». Los mártires Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, fueron beatificados en el 2002 por San Juan Pablo II (segundo).