San Ruperto de Salzburgo; Obispo

27 DE MARZO

Fue descendiente de familia muy distinguida entre los francos. Ruperto dio testimonio de toda clase de virtudes naturales al igual que morales: bondad, dulzura, rectitud, prudencia, amor a la justicia, humildad, castidad, piedad, mortificación y gran espíritu de oración.

Fue Obispo en la sede de Worms, Alemania. Acompañado de un buen número de misioneros llegó a Baviera en el año 697; lugar que evangelizó con permiso del duque Teodo, el pagano.

Los sermones del Obispo Ruperto convirtieron a muchos al cristianismo; entre ellos al mismo Duque Teodo que se bautizó junto con muchos empleados de su palacio.

Junto con sus misioneros recorrió las orillas del río Danubio; en esos lugares predicó y convirtió a miles de personas e introdujo, además de la religión, la educación y otras reformas. El Obispo Ruperto, revitalizó las minas de sal que había cerca de una ciudad romana abandonada llamada Juvavum.

Obtuvo el permiso del gobierno de reconstruir y cambiar el nombre de dicha ciudad. Le puso Salzburgo, que significa “Ciudad de la Sal”; allí construyó ocho edificios para obras religiosas y varios templos.

Después se fue a Irlanda, y regresó con doce misioneros, que ayudaron a su hermana Santa Erentrudes a la fundación de un convento de religiosas en Salzburgo. Ella y sus religiosas contribuyeron mucho a la propagación del cristianismo por toda esa región.

San Ruperto murió el 27 de marzo del 718, día de Pascua. En Alemania, Austria e Irlanda se levantaron numerosos templos en honor a este misionero y evangelizador, como agradecimiento por sus grandes obras.