San Francisco Forgione, Padre Pío - Encuentro con tu ángel

San Francisco Forgione, Padre Pío

San Francisco Forgione; Padre Pío de Pietrelcina, Presbítero Capuchino

23 DE SEPTIEMBRE

Francisco. De origen germánico. Abanderado.

Francisco Forgione nació en Pietrelcina en el año de 1887; sus padres fueron Grazio María Forgione y María Giussepa di Nunzio. Su familia fue de clase humilde, agricultores trabajadores y muy devotos.

En su infancia fue muy piadoso e incluso practicó con frecuencia acciones de penitencia; se caracterizó por una salud frágil, enfermiza y desde esta etapa de su vida manifestó un gran deseo por el sacerdocio, además de que iniciaron las manifestaciones de los llamados “encuentros demoniacos” que lo acompañaron a lo largo de su vida.

Lo que impulsó su sentimiento hacia el sacerdocio fue el encuentro que tuvo con un monje capuchino del convento de Morcone, lugar a 30 km de Pietrelcina. El monje se llamó Fray Camilo y pasó por su casa pidiendo limosna. Hacia 1898, Francisco inició sus estudios en la Orden de los Capuchinos. Su padre cubrió sus gastos.

El 6 de enero de 1903, con 16 años, fue aceptado como novicio en el convento de Morcone; adoptando el nombre de Pío. La vida en el noviciado fue muy dura, llena de ayunos y mortificaciones. En muchas ocasiones Fray Pío ayudó con el discernimiento vocacional de sus compañeros y en ese periodo las enfermedades que tenía desde niño fueron creciendo, por lo que se volvieron crónicas.

El 22 de enero de 1904 terminó su noviciado y pronunció sus votos temporales. El 27 de enero de 1907 hizo la profesión de sus votos solemnes. En noviembre de 1908 recibió las órdenes menores: portero, lector, exorcista, acólito y luego el subdiaconado. Toda esta época fue para él de mucha oración y estudio.

El 10 de agosto de 1910 fue consagrado Sacerdote en la catedral de Benavento; pero permaneció con su familia hasta 1916 por motivos de salud. Allí en su pueblo natal recibió los estigmas: heridas en manos, pies, costado y hombro, dolorosas aunque invisibles entre 1911 y 1918, y visibles desde este último año hasta su muerte.

La sangre que emanaba de sus heridas tenía el olor de perfume de flores, aroma asociado a la santidad. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el cuerpo médico italiano. Por órdenes superiores, pasó 10 años de 1923 a 1933, aislado completamente del mundo exterior. A raíz de la Segunda Guerra Mundial acaecida de 1939 a 1945, el Padre Pío fundó los «Grupos de Oración del Padre Pío». Los grupos se multiplicaron por toda Italia y el mundo.

Fue notable su carisma de bilocación, que consiste en la capacidad de estar presente en dos lugares al mismo tiempo, a miles de kilómetros de distancia muchas veces. El Padre Pío también tenía el don de la sanación, a través de sus manos Jesús curó a muchísima gente, tanto física como espiritualmente; y el don de la profecía, anticipó hechos que luego se cumplieron al pie de la letra.

El 20 de septiembre de 1968 el padre Pío cumplió 50 años de sufrir los estigmas, fue entonces que celebró una misa multitudinaria. Tres días después, el 23 de septiembre de 1968, el padre Pío falleció. Los estigmas que había padecido cicatrizaron. Su funeral fue tan multitudinario que se tuvo que esperar cuatro días en la despedida. Fue beatificado el 2 de mayo de 1999 y el 16 de junio del 2002, San Juan Pablo II (segundo) lo canonizó bajo el nombre de san Pío de Pietrelcina.