Nuestra Señora de Lourdes; Advocación Mariana - Encuentro con tu ángel

Nuestra Señora de Lourdes; Advocación Mariana

Nuestra Señora De Lourdes, Advocación Mariana

11 DE FEBRERO

La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las apariciones de la Virgen María que, de acuerdo al testimonio de Bernardita Soubirous, sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos.

El 11 de febrero de 1858 la Virgen de Lourdes se le apareció a Bernardita. Ella tenía 14 años de edad cuando vio una nube dorada y a la Virgen vestida de blanco, con una cinta de color azul a la cintura, las manos juntas en actitud orante y en uno de sus brazos un rosario que le colgaba, además de una rosa dorada en cada pie.

A partir de ahí la aparición se repitió 18 veces. Fue el 25 de febrero cuando Bernardita escarbó en el suelo a petición de la Virgen y salió un manantial de agua. Le dijo que se edificase un templo y que siempre se hiciera oración a través del rosario ofreciéndolo por los pecadores.

El 25 de marzo Bernardita le pregunto a la Virgen su nombre; ella le respondió: “Soy la Inmaculada Concepción”, constatándose así lo dicho por el Papa Pío IX (noveno) quien había declarado oficialmente el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, cuatro años antes de su aparición el 8 de diciembre de 1854.

El lugar de las apariciones de Lourdes se hizo famoso en todo el mundo. Comenzó a acudir mucha gente, pero las autoridades eclesiásticas, no daban crédito a Bernardita; por su edad y sobre todo por su falta de cultura, que supiera algo acerca del misterio del dogma de la Inmaculada Concepción.

Finalmente estas apariciones fueron declaradas auténticas y la autoridad Papal le dio el nombre de Basílica al templo levantado en su honor. El mensaje de Nuestra Señora de Lourdes se trata de un acto de gratitud por el dogma declarado.

Esta Advocación Mariana exalta la pobreza y la humildad, virtudes eminentemente cristianas, unidas a la importancia de la Cruz como camino para ser feliz; además de que la clave para llevar una vida cristiana auténtica es la oración, sintetizada en el rezo del santo rosario.