Transfiguración del Señor - Encuentro con tu ángel

Transfiguración del Señor

La Transfiguración del Señor, Reina el Señor, alégrese la tierra

06 DE AGOSTO

La Iglesia Católica recuerda la fiesta de la Transfiguración del Señor el 6 de agosto y el segundo Domingo de Cuaresma. Este acontecimiento se encuentra narrado en la Sagrada Escritura, en los evangelios de: Mateo, Marcos y Lucas; en la que Jesús mostró su gloria a tres de sus apóstoles, dándonos un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.

Este momento tuvo lugar, en el monte Tabor que se encuentra en la Baja Galilea a 588 metros sobre el nivel del mar. Sucedió antes de la Pasión de Cristo. El evangelio de Mateo en el capitulo 17 versículos del 1 al 12 dice que Jesús invitó a Pedro, Santiago y Juan, quienes le vieron con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: “su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz”.

Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre. Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías.

Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.

Seis días antes de la Transfiguración, Jesús había hablado a sus apóstoles acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de ellos verían la gloria de Dios antes de morir; esto se cumplió cuando Pedro, Santiago y Juan fueron los testigos de la Transfiguración experimentando lo que es el Cielo.

Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir; como: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.