Solemnidad de la Anunciación del Señor o Encarnación del Señor - Encuentro con tu ángel

Solemnidad de la Anunciación del Señor o Encarnación del Señor

Solemnidad de la Anunciación del Señor o Encarnación del Señor

Anunciación o Salutación angélica es el momento en la vida de la Virgen María en el que el arcángel Gabriel le anuncia que va a ser madre de Jesús. Este episodio aparece narrado en el Evangelio de Lucas, capitulo 1; versículos del 26 al 38.

El mensaje sobre el que se centra la vivencia y festejo de la solemnidad de la Anunciación esta concretamente en la referencia bíblica de Lucas capitulo 1 versículos del 30 al 32 y versículo 38, que narra lo siguiente:
“El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo (…). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.”

La Anunciación es el comienzo de Jesús en su naturaleza humana; se hace miembro de la raza humana a través de su madre y esto es lo que recordamos en esta solemnidad que desde muy antiguo se celebra.

Probablemente se originó poco antes o después del Concilio de Éfeso en el 431. Ha tomado diferentes connotaciones ya que en el Oriente, la Anunciación es una festividad de Cristo y en la Iglesia Latina es una celebración mariana.

En la Iglesia Latina esta fiesta se menciona por primera vez en el Sacramentario del Papa San Gelasio I (primero), que esta incluido en un manuscrito del siglo VII; también aparece en el Sacramentario de San Gregorio, en un manuscrito que se remonta al siglo VIII.

Esta fiesta siempre fue un día de precepto en la Iglesia Universal que se celebró y se sigue celebrando el 25 de marzo. Sin embargo, sí la Solemnidad del Anuncio del Ángel a la Virgen María cae dentro de Semana Santa o Semana de Pascua, su oficio se transfiere al lunes después de la octava de Pascua.

La iglesia Universal nos invita a vivir y recordar la Anunciación: rezando el Ángelus al mediodía, rezando el primer misterio gozoso del Rosario y celebrando el día del niño por nacer. Al hacer estos ejercicios, se contempla que “el Verbo se hizo carne”; la Segunda Persona de la Trinidad asumió la naturaleza humana y comenzó a vivir en el vientre de la Virgen María.