San Ignacio de Antioquía - Encuentro con tu ángel

San Ignacio de Antioquía

San Ignacio de Antioquía, Obispo Mártir

17 DE OCTUBRE

Ignacio. Del latín ardiente o fuego.

San Ignacio nació entre los años 30 al 35; la tradición señala que fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Fue el segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía, lugar del que fue Obispo durante 40 años.
A él se le atribuyó la utilización por vez primera del término Iglesia “Católica”. En esos tiempos la ciudad de Antioquia, fue considerada la más importante para los cristianos porque tenía el mayor número de creyentes después de Roma.

El emperador Trajano encarceló a muchos de los que no adoraron a los falsos dioses de los paganos. Como el Obispo Ignacio se negó a la adoración de esos ídolos, fue apresado y al poco tiempo, fue enviado a Roma.
Encadenado, lo trasladaron en un barco desde Antioquía hasta Roma. El viaje fue largo, y en el trayecto; el Obispo Ignacio escribió siete cartas que fueron dirigidas a las Iglesias del Asia Menor. Al paso del tiempo, estas se hicieron famosas.

En una de ellas describió a los soldados con los que viajó como crueles y bestias salvajes; no soportaron la amabilidad que les ofreció, ya que; cuanto más amablemente los trató, con más furia lo atormentaron.
El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salieron varios cristianos que escucharon las provechosas enseñanzas del Obispo Ignacio, que de rodillas, recibieron su bendición. Varios se adelantaron hasta Roma para acompañarlo a su martirio.

Cuando llegaron a Roma, miles de cristianos salieron a su encuentro. Varios de ellos le propusieron el diálogo con altos dignatarios del gobierno con el objetivo de salvarlo del martirio; pero él se negó.

El Obispo Ignacio siempre dio testimonio de una vida llena de oración, en sus peticiones siempre pidió por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. En el último día de las fiestas populares del pueblo; fue llevado al circo romano.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. El Obispo Ignacio elevó sus oraciones a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos que lo destrozaron y lo devoraron. San Ignacio de Antioquia es considerado mártir porque proclamó libremente su amor a Jesucristo.