Santa Verónica Giuliani - Encuentro con tu ángel

Santa Verónica Giuliani

Santa Verónica Giuliani; Abadesa

09 DE JULIO

Verónica. De origen Hebreo. Verdadera imagen.

Nació en el año 1660 en Mercatello, Italia. Su nombre de pila fue Úrsula; sus padres, Francisco Giuliani y Benedetta Mancini, fueron de origen noble. En su infancia, Úrsula fue traviesa, caprichosa e impulsiva; pero eso se le fue quitando.

Apoyada por sus hermanas fue desarrollando una gran piedad y un espíritu de oración. Bajo esa realidad Úrsula comenzó sus deseos de ser monja, los cuales se fortalecieron a través del tiempo.

Su padre se esforzó por hacerla desistir de sus ideas y muchas veces la indujo hacia el matrimonio, pero tras varias luchas con sus parientes, con fe y oración Úrsula consiguió ingresar al monasterio.

En 1677 fue recibida en el convento de las clarisas capuchinas en Castello- Umbría; Italia. Allí tomó el nombre de Verónica, en recuerdo de la Pasión. En el noviciado, tuvo pruebas espirituales y grandes tentaciones de volver al mundo; pero se sometió obedientemente a la voluntad de sus directores espirituales.

Verónica hizo su profesión en 1678. A partir de ahí desarrolló un gran deseo de padecer en unión con Cristo para la conversión de los pecadores. Pasó por todos los oficios y cargos del monasterio, desde el más humilde hasta el más honroso fue: cocinera, despensera, enfermera, tornera, panadera, sacristana, maestra de novicias y, finalmente, abadesa.

En 1693 comenzó una nueva etapa en su vida espiritual cuando tuvo una visión en que Cristo le presentaba un cáliz, simbolizando la Divina Pasión que iba a ser revivida por su alma. Al principio no quiso aceptarlo, pero con gran esfuerzo Sor Verónica accedió; a partir de ese momento experimentó por el resto de su vida un intenso sufrimiento espiritual y posteriormente corporal.

En 1694 recibió la impresión de la Corona de Espinas en su cabeza; las heridas fueron visibles y el dolor, permanente. El 5 de abril de 1697, Viernes Santo, recibió los estigmas de Cristo en sus manos, pies y costado. En julio de ese mismo año, su propia abadesa la denunció a la Inquisición por lo que Sor Verónica pasó años de humillaciones, pruebas y prohibiciones.

Las pruebas de la Inquisición fueron cesando en número y retirándose poco a poco. El 3 de junio de 1703 se le devolvió el cargo de maestra de novicias. El 7 de marzo de 1716 se le permitió ser elegida abadesa. En 1727 un ataque de apoplejía la postró en el lecho y falleció un mes después de este evento la mañana del 9 de julio de 1727, en el convento de Città de Castello.

Santa Verónica fue beatificada por el papa Pío VII (séptimo) el 17 de junio de 1804 y canonizada por el pontífice Gregorio XVI (dieciséis) el 26 de mayo de 1839. Iconográficamente se le representa coronada de espinas, abrazando la cruz y con su propio corazón en la mano.