La Misericordia Divina - Encuentro con tu ángel

La Misericordia Divina

La misericordia divina

En el Evangelio de hoy, vimos que Dios nos exhorta a practicar un amor fuera de lo común, hacia las personas que nos hacen daño. Nos invita a practicar la misericordia con nuestros enemigos, así como él ha sido misericordioso con todo nosotros. Por ello, hoy en Encuentro con tu ángel, hablaremos sobre la misericordia divina y la misericordia hacia nuestro prójimo.

Primero, es muy importante que cada uno de nosotros entendamos que,estos nuevos valores, estos nuevos principios que Jesús nos da como una evidencia en la vida de cada hijo de Dios, es para que nos examinemos a nosotros mismos, y podamos saber si estamos creyendo realmente como Dios nos invita a creer en su Palabra; si realmente estamos echando mano de la fe que salva.

Esto es muy importante comentarlo, porque todas las personas tenemos una inclinación a detectar y condenar con una facilidad asombrosa los pecados en las vidas de otros, y al mismo tiempo a pasar con ligereza sobre nuestros lamentables pecados. Todo lo que Dios nos escribe en la Biblia es una invitación a que nos examinemos, para descubrir nuestra naturaleza corrompida y nuestra necesidad de un corazón transformado.

Todo lo escrito por Dios nos debe llevar, a cada uno, a reconocer que los cambios no se pueden lograr con el esfuerzo propio, sino que la única forma de ver la transformación como una realidad en nuestras vidas, es que Dios nos cambie el corazón. Por eso es muy importante invitarlo a entrar y que sea él el que nos haga unas nuevas personas desde lo más profundo de nuestro interior.

La misericordia divina es aquella en la que Dios demuestra su amor, su sacrificio y su perdón, aún aquellos que le dan la espalda y lo niegan. Como dice en Romanos 8:5:“Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene: Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores”. O en el Evangelio de San Lucas 6:25donde Jesús dice: … y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores”.

Y si el carácter de nuestro Padre Celestial se caracteriza por esa misericordia hacia los malos y los ingratos;es decir hacia todos los seres humanos, nosotros como hijos de Dios, debemos ser ubicados, en el lugar donde nos desenvolvamos, con esa misma característica de bondad y misericordia hacia nuestros enemigos.

Si nosotros hemos sido objeto de esa misericordia, ahora debemos ser transmisores de la misma bondad. Si somos misericordiosos con aquellos que nos han tratado mal, ellos van a ser transformados también. Dios quiere que lo imitemos, así como un hijo imita a su padre en la forma en la que camina, en la forma en la que habla, en las expresiones faciales. Y Dios continuamente nos invita a imitarlo. En Levítico dice: Yo soy Dios, sed santos como yo soy santo. Y Jesús en la última cena les dice a sus apóstoles: Ámense como yo los he amado.

Pero no debemos olvidar que todos estos mandamientos de amar, perdonar, orar, no juzgar, y no condenar, están enfocado a los enemigos. Amar a los que nos aman, ya lo hemos estudiado y meditado, ni los que no creen en Dios, lo hacen. Lo que realmente nos hace sobresalir es que todos estos principios de amor, de perdón, de generosidad, están canalizados hacia la gente que no nos trata bien.

La misericordia, a la que Jesús nos invita a manifestar en nuestra vida diaria, engloba a amar a nuestros enemigos, orar por lo que nos maldicen, bendecir a los que nos hacen daño, ser generosos con los que no son generosos con nosotros; todos estos principios positivos, Jesús los resume en este argumento de, ser misericordiosos como también nuestro Padre es misericordioso.

El ser humano es el objeto del amor de Dios y todos somos ingratos por naturaleza. La ingratitud no se la tenemos que enseñar a nuestros hijos, al contrario, debemos trabajar mucho en ellos para desarrollar la gratitud y la misericordia hacia los demás.

Y de esta manera hemos analizado un poco la misericordia divina y la misericordia al prójimo. ¿Y usted querido radioescucha, reconoce la misericordia de la cual ha sido objeto por parte de Dios? ¿Reconoce el valor de haber sido personado de sus pecados sin merecerlo? ¿Manifiesta usted misericordia con las personas que le han hecho daño? Llámenos y hablemos juntos de La misericordia de divina y la misericordia al prójimo.