Perder la fe - Encuentro con tu ángel

Perder la fe

Perder la fe

Seguramente todos hemos enfrentado problemas en la vida que han puesto a prueba nuestra fe. Y tal vez, estas adversidades, han sido tan grandes que nos han hecho dudar de Dios, de su amor, de su poder y del control que él tiene sobre todas las circunstancias que nos rodean. Probablemente, algunos, dentro de estas dificultades,hemos llegado a renegar abiertamente de Dios y noshemos alejado de él por un tiempo, pero otros, desafortunadamente, han perdido por completo la fe, y están apartados de la iglesia, atrapados en la incredulidad y en el humanismo. Por eso, hoy, en Encuentro con tu ángel hablaremos del tema: Perder la fe.

Antes de hablar de cuáles son las razones por las cuales una persona pierde la fe en Dios, debemos entender que la fe no es un sentimiento que depende de las condiciones que estamos enfrentando. La fe es un compromiso que hacemos con Dios, de creer en lo que él nos ha revelado en la Biblia. La fe es un mandamiento que él nos ha dejado en su palabra para darnos la oportunidad de experimentar su poder de trabajando en nosotros.
En Romanos 10:17 el apóstol Pablo dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Es decir, que si nosotros en primer lugar queremos tener fe, debemos exponernos a la Palabra de Dios, en lectura de la Biblia, en la enseñanza de los grupos parroquiales, y en la predicación de la homilía. De esta manera, estaremos ejercitando la fe como un músculo que crece y se fortalece con el entrenamiento espiritual.
En Hebreos 11:1 se dice que: “Es pues, la fe, la certeza de lo que no se espera, la convicción de lo que no se ve, porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos”. Y el autor de esta carta nos da una serie de ejemplos de personas que por fe, pudieron ver el trabajo de Dios en sus vidas, como le sucedió a Enoc, a Noé, a Abraham, a José y otros más, y cuyas historias son realmente pilares de la fe actual.
Durante todos estos años del programa hemos entendido que el caminar en la senda de la fe significa precisamente que vamos a enfrentar retos, pruebas yadversidades, pero confiando en Dios y en su Palabra, aun cuando todo parezca muy difícil, y en muchos casos imposible y sin esperanza.
También hemos aprendido que cuando una persona decide salirse de la inercia del mundo y caminar por fe, para comprobar que lo que Dios dice es verdad, esa persona va a necesitar una fuerza muy por encima de la fuerza humana, y que esa fuerza se adquiere precisamente confiando en el poder de Dios, de una forma continua e intensa.

Esto quiere decir que la vida de fe no acepta tibiezas. No que no podamos llegar temerosos o sintiéndonos incapaces ante ciertos problemas, sino que débenos entender que, como hijos de Dios,estamos llamados a vivir confiados en su amor y a darnos la oportunidad de ver lo que la fe puesta en él puede hacer milagrosamente en nosotros y en nuestras adversidades.
Aquellos que han tomado la decisión de vivir en la incredulidad, se están perdiendo de la gran oportunidad de ver como Dios construye una vida prodigiosa fuera de toda proporción humana. Y aquellos que deciden retomarla podrán descubrir a un Dios amoroso, paciente y todopoderoso, que va ganando su corazón para ir aceptando, con mayor facilidad, esos retos de fe; de que su vida pueda cambiar, y de que no hay área de debilidad que Dios no pueda revertir. Y que Dios tiene grandes planes para ellos al cambiar primero viejas estructuras de pecado y debilidad a través de su limpieza y transformación.

Es por ello que una persona que decide confiar en lo que Dios dice, la fe le va a poner demandas y retos increíbles, fuera de toda realidad en su vida. Seguramente muchos de nosotros recordaremos algunos eventos de fe de la Biblia donde Dios les ha pedido a ciertas personas cosas que parecían imposibles de solucionarse, poniendo aprueba su fe, y donde al final, Dios se manifestó de manera fiel y poderosa.
Uno de estos ejemplos los encontramos en el libro de Exodo14, cuando Moisés, liderando la huida del pueblo hebreo del ejército egipcio,se topa con el Mar Rojo. En ese momento, ninguno de los judíos, que se sentían atrapados entre la espada y la pared, pensaba que Dios los podía sacar de ese predicamento, a tal grado que pensaban en apedrear a Moisés por haberlos llevado a esas instancias.
Sin embargo, sólo Moisés creyó en Dios, a pesar de que estaba bajo las mismas circunstancias que todo el pueblo y les dice: “No temáis; estad firmes y ved la salvación que Yahvé hará hoy con vosotros, y Yahvé peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”. ¿Por qué Moisés sí confiaba y los demás no? Porque él sí tenía fe, porque él había manifestado con anterioridad una obediencia a Dios y había cultivado una preciosa relación con él.

Y si nos imaginamos el momento en el que Moisés les dice a los judíos que marcharan hacia el mar, podemos asegurar que la fe en la mayoría de los casos no tiene nada de lógica. O menos cuando Dios le pide a Moisés que ponga su vara en el mar y que lo divida. Nosotros porque ya conocemos el final, pero seguramente Moisésen ese momento jamás se imaginó que eso iba a suceder, la diferencia radicó en que a pesar de su incredulidad Moisés obedeció e hizo lo que Dios le había pedido.
Eso es la fe, oír la voz de Dios y obedecerla, para que podamos hacer realidad lo que nos ha prometido en su palabra.Todos debemos a aprender a actuar en obediencia al escuchar la palabra de Dios en nuestras vidas. La fe puesta a prueba sí funciona. La fe es ver las mismas circunstancias que los demás, pero enfrentarlas desde otra perspectiva, desde la perspectiva increíble de un Dios poderoso.
¿Entonces por qué podemos perder la fe cuando enfrentamos pruebas? Sencillamente porque no leemos la Biblia, o lo hacemos de una manera superficial o rutinaria. Perdemos la fe porque en las pequeñas adversidades pretendemos enfrentarlas con nuestros propios recursos humanos, económicos o intelectuales y nos olvidamos de Dios.

Perdemos la fe porque no involucramos a Dios en todas las áreas de nuestra vida: trabajo, escuela negocios, etc. Perdemos la fe porque se nos olvida lo que Dios ha hecho por nosotros en otras ocasiones. Perdemos la fe porque no tenemos seguridad en nuestra salvación. Perdemos la fe porque entristecemos al Espíritu Santo con desobediencia, orgullo e independencia. Perdemos la fe porque no tenemos un tiempo de oración regular, perdemos la fe porque en lugar de poner ese granito de mostaza en nuestro señor Jesucristo, lo ponemos en el dinero, las influencias y en nuestras propias habilidades.
Y es así como nosotros hemos reflexionado en este importante tema de: Perder la fe, ¿pero usted, amado radioescucha qué opina, ha sentido usted la tentación de abandonar su fe, qué hizo para recuperarla, conoce a alguien que se haya apartado por algún problema? Como siempre su opinión nos hace mucha falta, llámenos y platique con nosotros sobre el tema: Perder la fe.