¿Cómo enfrentar los problemas?
Cómo enfrentar los problemas
Cuando hablamos de problemas es muy fácil entendernos, porque todos en la vida los hemos experimentado, antes, ahora y seguramente en el futuro, seguiremos enfrentando dificultades. Problemas económicos, de salud, familiares, morales, de adicciones, injusticia, violencia, abandono, malas decisiones, etc. son el común denominador de nuestra sociedad y de la vida del hombre, por ello, en Encuentro con tu ángel hablaremos de los problemas y la manera de atenderlos con la gracia de Dios.
Unos de los retos que los católico enfrentamos es estudiar los Evangelios, y toda la escritura en general, porque son los que nos muestran la vida y obra de nuestros Señor Jesucristo. Dios nos dejó toda la escriturapara que, aquellos que lo hemos invitadoa vivir en nuestro corazón y que hemos sido transformados por su palabra, nos familiaricemos con nuestro Padre Eterno.
Cuántos problemas vienen a nuestra vida, precisamente por permitir una lejanía, un distanciamiento, o pensar como el Apóstol Pedro en un momento, que podía seguir a Cristo de lejos, pero a Jesús no se le puede seguir de lejos, se le tienen que tener viviendo en el corazón y, que aun ahí, es necesario mantener una cercanía permanente con él.
Jesús mismo, cuando les hablaba a las personas, les decía que ese era el propósito de las escrituras. En Juan 5: 39 dice así: Ustedes escudriñan las Escrituras pensando que encontrarán en ellas la vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de mí.
Aquí no solo vemos que Jesús nos invita a que leamos la Biblia, sino a que examinemos, que indaguemos, que estudiemos su Palabra de una manera más profunda, y la razón es que en toda la escritura está proyectada la imagen de Jesús, aún en el Antiguo Testamento, así que, nuestra responsabilidad, es profundizar en la lectura diaria y buscar en ella a Jesucristo. Nunca podremos decir que conocemos a Jesús en su totalidad, en su amor, en sus milagros, en su poder. No hay obra, palabra o hecho, que sea intranscendente en su vida.
Unos de los pasajes bíblicos que nos puede servir de plataforma para entender el por qué de los problemas es el de Marcos 4: 37 al 40,que dice: De pronto se levantó un gran temporal y las olas se estrellaban contra la barca, que se iba llenando de agua. Mientras tanto Jesús dormía en la popa sobre un cojín. Lo despertaron diciendo: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» El entonces se despertó. Se encaró con el viento y dijo al mar: «Cállate, cálmate.» El viento se apaciguó y siguió una gran calma. Después les dijo: «¿Por qué son tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?»
Y así como el clima que a veces en tan incierto, y puede amanecer soleado y de pronto nublarse, en la vida del hombre los problemas pueden aparecer sin anunciarse, y aparentemente poner en peligro todo nuestro proyecto de vida.
Pero algo que debemos tener bien claro es que los problemas son necesarios en nuestra existencia, porque es en ellos donde aprenderemos a ver nuestra propia realidad, la realidad de Jesús, y la realidad de su poder trabajando en nosotros.
Un principio que debemos entender muy claramente, es que el seguir a Cristo no evitará que vengan sufrimientos y problemas a nuestra vida. Porque a veces podríamos pensar que el creer en Jesús y tenerlo viviendo en nuestro corazón, nos va a garantizar una vida libre de problemas.
Podríamos pensar también que si Jesús es capaz de levantar a los muertos, de sanar a los enfermos y de multiplicar a los panes, sin duda debería garantizarnos a nosotros,ante cualquier perspectiva de dificultad, salir adelante sin experimentar ninguna clase de sufrimiento.
Y es verdad que con Jesús somos más que vencedores, con Jesús tenemos una promesa eterna, pero también tenemos que entender en qué mundo nos movemos y la naturaleza de nuestro pecado, y que no hay ningún solo versículo en la Biblia que diga que el creyente estará libre de dificultades.
Pero,si no hay una promesa en la que Dios diga que el hombre estará libre de problemas, entonces cuál es la promesaque Dios nos da ante los problemas. La promesa de Jesús es acompañarnos en los problemas, darnos paz en los problemas, y guiarnos a través de su palabra y su espíritu, para salir de ellos o enfrentarlos correctamente. Eso es lo que él nos promete.
Los problemas que Dios permite en la vida de sus hijos, son la manera en la que él nos puede llevar a un crecimiento espiritual más profundo. En Santiago 1: 2 y 3 dice: Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar.
Y aunque Dios aquí dice que el estar en problemas nos debería causar gozo, a nadie nos gustan los problemas. Pero aquí Dios nos enseña cuál es el problema del problema. El problema del problema no es la dificultad complicada inherente al problema. El problema del problema es la poca fe revelada en nuestro corazón,y la manera en la que nosotros actuamos en incredulidad cuando la dificultad nos asalta.
Lo más importante para enfrentar el problema, antes de entregarnos a la angustia, a la ansiedad y al temor del mismo problema, es entender que Dios está permitiendo eso para que nos demos cuenta de algo profundo en nuestra propia vida, y que aprendamos a acudir a él en oración y fe.
Por eso el versículo dice que nos debe dar gusto estar en problemas, no porque el estar en problemas sea agradable, sino porque a través del problema, Dios quiere construir algo profundo en nuestra vida. Algo que no solo nos enseñara a enfrentar el problema presente, sino tal vez a todos los demás problemas que afrontemos en nuestras vidas.
Ahora querido radioescucha, te pedimos que seas tú el que nos hable para compartirnos cómo enfrentas tus problemas, si los ves como una oportunidad de crecimiento y madurez, o si has descubierto áreas que necesitas apuntalar en tu vida para fortalecer tu fe.