Lectura del día 31 de Agosto 2017 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 31 de Agosto 2017

Lectura del día 31 de Agosto 2017

1ª lectura: Que el Señor os colme de amor mutuo y de amor a todos
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-13

Hermanos, nos hemos sentidos animados por vuestra fe en medio de todos nuestros aprietos y luchas.
Ahora sí que vivimos, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor.
¿Cómo podremos dar gracias a Dios por vosotros, por tanta alegría como gozamos delante de Dios por
causa vuestra? Noche y día pedimos insistentemente veros cara a cara y y completar lo que falta a vuestra
fe.
Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a vosotros.
En cuanto a vosotros Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo
mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis
ante Dios, nuestro Señor, santos e irreprensibles en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.

Salmo: Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17
R. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

Tú reduces al hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.
Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

Evangelio: Estad preparados
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y
no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la
hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus
horas?
Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os
digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijese aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza
a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora
que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir
la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».