Lectura del día 25 Abril 2017 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 25 Abril 2017

Lectura del día 25 Abril 2017

1ª lectura: Os saluda Marcos, mi hijo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 5, 5b-14

Queridos hermanos:
Revestíos todos de humildad en el trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los
humildes. Así pues, sed humildes bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce en su momento. Descargad
en él todo vuestro agobio, porque él cuida de vosotros.

Sed sobrios, velad. Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle,
firmes en la fe, sabiendo que vuestra comunidad fraternal en el mundo entero está pasando por los mismos
sufrimientos. Y el Dios de toda gracia que os ha llamado a su gloria eterna en Cristo Jesús, después de sufrir un
poco, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá y os consolidará. Suyo es el poder por los siglos.
Amén. Os he escrito brevemente por medio de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y para
daros testimonio de que esta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
Os saluda la comunidad que en Babilonia comparte vuestra misma elección, y también Marcos, mi hijo. Saludaos
unos a otros con el beso del amor.
Paz a todos vosotros, los que vivís en Cristo.

Salmo: Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los santos.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada
día, tu justicia es su orgullo. R.

Evangelio: Proclamad el Evangelio a toda la creación
Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas
nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán
las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al
cielo y se sentó a la derecha de Dios.

Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra
con las señales que los acompañaban.