Lectura del día 16 de Octubre 2019
Lectura del día 16 de Octubre 2019
1ª lectura: Pagará a cada uno según sus obras, primero al judío, pero también al griego.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 2, 1-11
Tú que te eriges en juez, seas quien seas, no tienes excusa, pues, al juzgar a otro, a ti mismo te
condenas, porque haces las mismas cosas, tú que juzgas.
Sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen estas cosas es según verdad.
¿Piensas acaso, tú que juzgas a los que hacen estas cosas pero actúas del mismo modo, que vas
a escapar del juicio divino? ¿O es que desprecias el tesoro de su bondad, tolerancia y paciencia,
al no reconocer que la bondad de Dios te lleva a la conversión?
Con tu corazón duro e impenitente te estás acumulando cólera para el día de la ira, en que se
revelará el justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno según sus obras: vida eterna a quienes,
perseverando en e bien, buscan gloria, honor e incorrupción; ira y cólera a los porfiados que se
rebelan contra la verdad y se rinden a la injusticia. Tribulación y angustia sobre todo ser humano
que haga el mal, primero sobre el judío, peto también sobre el griego; gloria, honor y paz para todo
el que haga el bien, primero para el judío, pero también para el griego; porque en Dios no hay
acepción de personas.
Salmo: Sal 61, 2-3. 6-7. 9
R. El Señor paga a cada uno según sus obras.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio. R.
Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Mis ovejas escuchan mi voz – dice el Señor -,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
Evangelio: ¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase
de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!
Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos
en las plazas!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!». Le replico
un maestro de la ley:
«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros». Y él dijo:
«¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables,
mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!».