Lectura del día 14 de Junio 2019
Lectura del día 14 de Junio 2019
1ª lectura: Quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos:
Llevamos el tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y
no proviene de nosotros.
Atribulados en todo, más no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, pero no abandonados;
derribados , mas no aniquilados, llevando siempre y en todas partes en el cuerpo la muerte de
Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Pues mientras vivimos, continuamente
nos están entregando a la muerte por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en
nuestra carne mortal. De este modo la muerte actúa en nosotros, y la vida en vosotros.
Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros
creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros
con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento,
para gloria de Dios.
Salmo: Sal 115, 10-11. 15-16. 17-18
R. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!» Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos». R.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.
Aleluya Flp 2, 15d. 16a
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Brilláis como lumbreras del mundo,
manteniendo firme la palabra de la vida. R.
Evangelio: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado
entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir
a parar entero “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio” Pero yo os digo que si uno repudia a
su mujer – no hablo de unión ilegítima – la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada
comete adulterio».