Lectura del día 11 de Octubre 2017 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 11 de Octubre 2017

Lectura del día 11 de Octubre 2017

1ª lectura: Parte tu pan con el hambriento
Lectura del libro de Isaías 58, 6-11

Así dice el Señor:
«El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos,
dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los
pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz
como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria
del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: “Aquí estoy”.
Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan
con el hambriento y sacies el estomago del indigente, brillará la luz en las tinieblas, tu oscuridad se
volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes
tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña».

Salmo: Sal 111, 1-2. 3-4. 5-7a 7b-8. 9
R. Dichoso quien teme al Señor

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.
En sus casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo;
no temerá la malas noticias. R.
Su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R.

Evangelio: Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono
de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor
separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su
derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación
del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me
hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo
te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel y fuimos a verte?” Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños
conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis,
estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también estos
contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel,
y no te asistimos?” Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis
conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».