Lectura del día 30 de Octubre 2018 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 30 de Octubre 2018

Lectura del día 30 de Octubre 2018

1ª lectura: Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21-33

Hermanos:
Sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo: las mujeres, a sus maridos, como al Señor;
porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el
salvador del cuerpo. Como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos
en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia: Él se entregó a si mismo por
ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela
gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también
los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí
mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como
Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos
una sola carne».
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer
respete al marido.

Salmo: Sal 127, 1-2. 3. 4-5
R. Dichosos los que temen al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.

Evangelio: El grano creció y se hizo un árbol
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo, decía Jesús:
«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se
hizó un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».
Y dijo de nuevo:
«¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que
todo fermentó».