Lectura del día 27 de Junio 2018
Lectura del día 27 de Junio 2018
1ª lectura: El rey leyó al pueblo las palabras del libro de la Alianza hallado en el templo del Señor, y, en presencia del Señor, estableció la alianza
Lectura del segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3
En aquellos días, el sumo sacerdote, Jilquías, dijo al secretario Safán:
«He hallado en el templo del Señor un libro de la ley».
Jilquías entregó el libro a Safán, que lo leyó. El secretario Safán presentándose al rey, le informó :
«Tus servidores han fundido el dinero depositado en el templo y lo han entregado a los capataces
encargados del templo del Señor». El secretario Safán añadió también:
«El sumo sacerdote Jilquías me ha entregado un libro». Y Safán lo leyó ante el rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó las vestiduras. Y dirigiéndose al sacerdote
Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del
rey, les ordenó:
«Id a consultar al Señor por mí, por el pueblo y por todo Judá, a propósito de las palabras de este libro
que ha sido encontrado, porque debe ser grande la ira del Señor encendida contra nosotros, ya que nuestros
padres no obedecieron las palabras de este libro haciendo lo que está escrito para nosotros». El rey ordenó
convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén y se reunieron ante él.
Subió el rey al templo del Señor con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, los
sacerdotes, profetas y todo el pueblo, desde el menor al mayor, y leyó a sus oídos todas las palabras del
libro de la Alianza hallado en el templo del Señor.
Se situó el rey de pie junto a la columna y, en presencia del Señor, estableció la alianza, con el
compromiso de caminar tras el Señor y guardar sus mandamientos, testimonios y preceptos, con todo el
corazón y con toda el alma, y poner en vigor las palabras de la alianza escritas en el libro. Todo el pueblo
confirmó la alianza.
Salmo: Sal 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40
R. Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos.
Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos, y lo seguiré puntualmente. R.
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R.
Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. R.
Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés. R.
Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. R.
Mira cómo ansío tus mandatos: dame vida con tu justicia. R.
Aleluya Jn 15, 4a. 5b
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Permaneced en mí, y yo en vosotros – dice el Señor -;
el que permanece en mí da fruto abundante. R.
Evangelio: Por sus frutos los conoceréis
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así todo
árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos
malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es
decir, que por sus frutos los conoceréis.