Lectura del día 24 de Julio 2020 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 24 de Julio 2020

Lectura del día 24 de Julio 2020

1ª lectura: Os daré pastores, según mi corazón; y todas las naciones se incorporarán a Jerusalén.
Lectura del libro de Jeremías 3, 14-17

Volved, hijos apóstatas – oráculo del Señor – , que yo soy vuestro dueño. Os iré reuniendo a
uno de cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sion. Os daré pastores, según mi corazón,
que os apacienten con ciencia y experiencia.
Os multiplicarís y creceréis en el país. Y en el aquellos días – oráculo del Señor – ya no se
hablará del Arca de la Alianza del Señor: no se recordará ni mencionará; nadie le echará de
menos, ni se volverá a construir otra.
En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén «Trono del Señor». Todas las naciones se incorporarán
a ella en el nombre de «El Señor que está en Jerusalén», y ya no se dejarán guiar por su corazón
perverso y obstinado.

Salmo: Jr 31, 10. 11 12ab. 13
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño». R.
«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R.

Aleluya Cf. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.

Evangelio: El que escucha la palabra y la entiende, ese da fruto.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 18 23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros, pues, oíd lo que significa la parábola del sembrador: si uno escucha la palabra
del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo
sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida
con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución
por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y
la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena
significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y produce ciento o sesenta o
treinta por uno».