Lectura del día 20 de Mayo 2020 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 20 de Mayo 2020

Lectura del día 20 de Mayo 2020

1ª lectura: Eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 17, 15.22 – 18,1

En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo
de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
«Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando
vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido”.
Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que
contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos
humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el
aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos
y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo que buscasen a él, a ver si, al
menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos
movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: “Somos estirpe suya”.
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes
de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues,
pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los
humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia,
por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo
de entre los muertos». Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros
dijeron:
«De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el
areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Salmo: Sal 148,1-2.11-12.13.14
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R.
Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. R.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R.
Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R.

Aleluya Jn 14, 16
Aleluya, aleluya, aleluya.
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito,
que esté siempre con vosotros. R.

Evangelio: El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena
Lectura del santo Evangelio según san Juan 16,12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga
él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino
que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá
de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y
tomará de lo mío y os lo anunciará».