Lectura del día 18 de Mayo 2020
Lectura del día 18 de Mayo 2020
1ª lectura: El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 16,11-15
Nos hicimos a la mar en Tróade y pusimos rumbo hacia Samotracia; al día siguiente salimos para
Neápolis y de allí para Filipos, primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí
nos detuvimos unos días.
El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que se había
un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido.
Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al
verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía
Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó:
«Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa».
Y nos obligó a aceptar.
Salmo: Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b
R. El Señor ama a su pueblo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.
Aleluya Jn 15, 26b. 27a
Aleluya, aleluya, aleluya.
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí – dice el Señor -;
y vosotros daréis testimonio. R.
Evangelio: El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 26-16, 4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede
del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio
estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún,
llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán
porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora,
os acordéis de que yo os lo había dicho».