Lectura del día 15 de Enero 2019 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 15 de Enero 2019

Lectura del día 15 de Enero 2019

1ª lectura: Convenía perfeccionar mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 5-12

Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras:
«¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él? Lo
hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus
pies». En efecto, al someterle todo, nada dejó fuera de su dominio. Pero ahora no vemos todavía
que le esté sometido todo.
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de
gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gusto la muerte por todos.
Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevará muchos hijos a la gloria perfeccionando
mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación.
El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos
hermanos, cuando dice:
«Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré».

Salmo: Sal 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.

¡Señor, Dios nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

Aleluya Cf. 1 Tes 2, 13
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Acoged la palabra de Dios, no como palabra humana,
sino, cual es en verdad, como palabra de Dios. R.

Evangelio: Enseñaba con autoridad
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28

En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados
de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en
su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros,
contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«Cállate y sal de él».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se
preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus
inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.