Lectura del día 02 de Noviembre 2019 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 02 de Noviembre 2019

Lectura del día 02 de Noviembre 2019

1ª lectura: Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 17-26

He perdido la paz, me he olvidado de la dicha; me dije:
«Ha sucumbido mi esplendor y mi esperanza en el Señor».
Recordar mi aflicción y mi vida errante es ajenjo y veneno; no dejo de pensar en ello; estoy desolado;
hay algo que traigo en la memoria, por eso esperaré:
Que no se agota la bondad del Señor, no se acaba su misericordia; se renuevan cada mañana,
¡qué grande es tu fidelidad!; me digo:
«¡Mi lote es el Señor, por eso esperaré en él!».
El Señor es bueno para quien espera en él, para quien lo busca; es bueno esperar en silencio la
salvación del Señor.

Salmo: Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-6. 7. 8
R. Desde lo hondo a ti grito, Señor.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor. R.
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora;
porque del señor viene la misericordia, la redención copiosa. R.
Y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R.

Aleluya Sant 1, 12a
R. Aleluya, aleluya, aleluya
Bienaventurado el hombre que aguanta la prueba,
porque, si sale airoso, recibirá la corona de la vida. R.

Evangelio: En la casa de mi Padre hay muchas moradas.
Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay
muchas moradas; si no; os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os
prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y
adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».