Lectura del día 01 de Septiembre 2020 - Encuentro con tu ángel

Lectura del día 01 de Septiembre 2020

Lectura del día 01 de Septiembre 2020

1ª lectura: El hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios; en cambio, el hombre espiritual lo juzga todo.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, l0b-16

Hermanos:
El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. Pues, ¿quién conoce lo íntimo del hombre, sino
el espíritu del hombre, que está dentro de él? Del mismo modo, lo íntimo de Dios lo conoce solo el Espíritu
de Dios.
Pero nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo; es el Espíritu que viene de Dios, para
que conozcamos los dones que de Dios recibimos.
Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que
enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu. Pues el hombre natural no capta lo que es
propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede
juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo todo, mientras que él no
está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién ha conocido la mente del Señor para poder instruirlo? ». Pues bien,
nosotros tenemos la mente de Cristo.

Salmo: Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab. 13cd-14
R. El Señor es justo en todos sus caminos.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.

Aleluya Lc 7, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R.

Evangelio: Sé quién eres: el Santo de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con
fuerte voz:
«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?
Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y y sal! de él».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:
« ¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos,
y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.